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DON FRANCO BENCINI

UN UOMO, UN CONSTRUCTOR DE COMUNIDAD, UN PASTOR FIEL

 

 

Testimonio del Cardenal Silvano Piovanelli:

Don Franco Bencini fue un sacerdote singular. Apenas lo viste por ahí. Incluso en las reuniones de sacerdotes. Pero siempre estuvo ahí en la parroquia.

La parroquia era su casa, su familia.

Recuerdo la impresión que siempre me causó cada vez que he estado en celebra el sacramento de la Confirmación en su iglesia, tan hermosa en sus líneas puras y en sus frescos del siglo XIV, que nos recuerdan los antiguos esplendores monásticos.

Don Franco lo había preparado todo con gran precisión y todo transcurrió en la pura esencialidad del rito y en la atenta participación de los presentes. Me di cuenta de que miraba con orgullo a los jóvenes confirmandos, como un padre mira a los hijos con los que es feliz. Tuve la clara impresión de un proceso de preparación largo y sobre todo exacto y preciso. Más allá de las formas externas, Don Franco se interesó por la sustancia de la fe. 

Trabajó toda su vida -una vida muy larga si se piensa que estuvo en San Donato in Polverosa como párroco desde 1964- para que su iglesia volviera a tener la belleza, la sencillez y la libertad de formas que tenía en la antigüedad. Y en este campo, Don Franco ha recorrido un largo camino. Incluso las últimas restauraciones, las últimas liberaciones del sagrado edificio, realizadas después de su partida, son fruto de su trabajo y de su pasión.

Pero sobre todo Don Franco hizo esa labor pastoral que no se ve a los ojos, no se mide por metros: Don Franco amaba a su pueblo. Y su pueblo entendió. Sobre todo cuando se fue por edad y enfermedad, la gente sintió el vacío, se dieron cuenta de lo importante que era en San Donato in Polverosa. Después de todo, este San Donato renació con él. El Cardenal Ermenegildo Florit firmó el decreto que reconstituye la parroquia después de un abandono centenario el 1 de junio de 1963.

Desde todo punto de vista -jurídico, material, espiritual- lo que es la comunidad de San Donato en Polverosa, se lo debe a Don Franco.

Con razón la gente lo lleva en el corazón y Don Franco, con su manera brusca y directa, sigue diciendo a todos que sigan creciendo para ser hombres y mujeres sinceros, comprometidos con caminar con seriedad por los caminos de la historia y hombres y mujeres de fe que caminen a la luz del ángel V y ofrezcan así en sus vidas el luminoso testimonio de Jesús Resucitado y Vivo” (25 de marzo de 2010).

 

 

Testimonio de algunos de los primeros feligreses:

En el verano de 1963 Don Bencini (DonBe para quienes lo frecuentan) entra por primera vez en la Iglesia de San Doanto, dividida en dos partes a nivel del crucero. La única sala disponible para la misa es el depósito de fuel oil, que se limpia y se cubre en el techo con tela de yute con la ayuda de varios muchachos que lo siguen desde San Gervasio. En este período, el dormitorio de DonBe es una columnata de crucero donde los murciélagos tienen acceso libre todas las noches. La ayuda económica es modesta, pero algunos sacerdotes amigos lo ayudan como pueden (el primero de ellos es Don Bensi). En la Navidad del 63 la Iglesia está abierta al culto. Durante el invierno, la única fuente de calor son las tablas del suelo de la biblioteca en la que hace tiempo que se transformó la nave central de la Iglesia: todas las noches, quien quiera serrar con él progresivamente todas las tablas y montar un dormitorio bajo el campanario. El campanario ya no tiene campanas, pero el DonBe comienza a recolectar todo el cobre disponible que se saca de la vaina y servirá como moneda de cambio para la primera campana.

El párroco "albañil" continúa su labor en compañía de los primeros muchachos de la parroquia, los "viejos" de San Gervasio y muchos feligreses que observan la labor del nuevo párroco y se involucran progresivamente en su celo. En 1966, después de la inundación en Florencia, se instaló un jardín de infancia en el área de Fiat, que consta de un comedor, dos aulas y servicios (con calefacción central) gracias a la donación del municipio de dos grandes galpones metálicos que yacen sin uso; toda la instalación de la guardería, casi única en la zona, está asegurada por los feligreses que la gestionan (junto con la cancha de fútbol) hasta la retirada del permiso en '69 -'70 por parte de la dirección de Fiat. Al mismo tiempo continúa la recuperación de la iglesia, con el derribo del muro de la nave, la reconstrucción del ábside, el vaciado de los sótanos, la construcción de la rectoría, la instalación de la calefacción de la iglesia (que sustituye las estufas catalíticas en gas). Todo el material resultante es enorme y se retira por la noche con la ayuda de un Ape usado que lo transporta al Piagge, con la ayuda de voluntarios soñolientos que desde las 11 de la noche hasta la medianoche lo acompañan en numerosos viajes.

Durante muchos años se instaló un cine parroquial para niños, que proyectaba películas dominicales; La catequesis dominical a las 10 de la mañana es el momento de mayor contacto con los niños, a quienes se les presenta con entusiasmo el significado de las Sagradas Escrituras. Incluso con medios rudimentarios (duplicadoras de alcohol) fue de los primeros en imprimir el cuadernillo de Misa, casi siempre terminando el texto unos minutos antes de la misa dominical y habiéndolo compuesto durante la noche. En el '95, de nuevo con escritura personal de compraventa y posterior donación a la curia (método escogido en varias ocasiones por el DonBe para agilizar los trámites y resultados), la iglesia adquiere su fisonomía definitiva con la inauguración de 1997.

Los feligreses que encuentra en la realización de los sacramentos quedan impresionados por la relación con el sacerdote que es siempre incisiva, coherente y esencial. Él está particularmente interesado en las personas que más necesitan orientación y que parecen estar más alejadas del evangelio. Muchos de los que ya están en un camino religioso, aunque sea tibio, se sienten poco implicados y no logran integrarse.

¿Cuál es el mensaje de este sacerdote rígido y severo, ante todo consigo mismo, y al mismo tiempo pastor sensible, con los contrastes del profeta inserto en un tiempo de grandes cambios, que indica claramente el camino a seguir sin mirar atrás?

Cada uno de nosotros recuerda los defectos y valores de nuestro párroco, siendo muy consciente, sin embargo, de que Don Franco nunca se comprometió y siempre trabajó con obstinada tenacidad durante todos los años que pudo, sin escatimar en sí mismo..